Los minutos se dieron fáciles
Y suspiraban la calidez
Mientras la caricia endeble
Se vendía a la mentira.
Llegaron las horas banales
Sin gloria entre los segundos
Contando los besos tibios
Que salieron de tu boca.
Los días asomaron cómodos
Sin algarabía ni festín ni fe
Sólo pasaron por mis manos
Sin tocar un poco de mi piel.
Con los meses lúbricos encima
Los abrazos se morían
Se perdían en la ausencia
Simplemente ya no venían.
Toda esa vida te di
Con ella mi tesoro sensible
Ahora sólo pregunto ante mí
Cuánta vida te di.
Guillermo Aárra
07-05-2009
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